La Riqueza de la Iglesia San Francisco de Quito
Por: Jessica Orellana
Una iglesia de oro, un rubí arquitectónico para la congregación más pobre. La obra maestra de los franciscanos ha pausado su reconstrucción. Los devotos le rezan a cada santo ausente en los altares vacíos por el momento.
La construcción de la Iglesia de San Francisco de Quito empezó en 1537 con la llegada de los primeros franciscanos a la “carita de Dios”. Entre ellos estaban el Padre Fray Jodococo Rique, que se convirtió en el padre de la recién Fundada Villa de San Francisco, llegó con la idea de construir una capilla para celebrar la misa.
La construcción de la iglesia se terminó 70 años después, aunque suele decirse que su duró 100 años por guardar tradición.
Durante su vida la Iglesia resistió terremotos que han deformado su cuerpo original, tuvo que someterse a cierta clase de cirugías. La traviesa naturaleza hizo arrugas en sus paredes. Uno de los arreglos fue la reconstrucción de su techo, que ahora mezcla dos estilos artísticos de cada época. En el coro, la decoración mudéjar del techo, se conserva íntegra. Todas las piezas de madera, color café oscuro, son perfectamente simétricas, las formas armadas conservan la misma similitud, las piezas parecen gemelas. La nave central, se vino abajo con un terremoto y fue reemplazado por un artesonado barroco en 1770, los colores dorados y rosados son los predominantes, pertenecientes al rococó. También los caracterizan las formas de frutas y las pinturas de santos, la mezcla entre la idiosincrasia quiteña y el arte europeo.
La construcción arquitectónica religiosa más grande de Latinoamérica marcó las tendencias de la época, donde se mezcla el mudéjar y el barroco bañado en pan de oro. Toda su decoración, la armonía de sus estilos, la congruencia de las formas son obra de Fray Pedro Pintor y su escuela de arte, donde enseñó a los indios las artes plásticas.
Fuente original: https://quitotradicional.wordpress.com/2012/03/23/la-riqueza-de-la-iglesia-san-francisco-de-quito/